Las condiciones de aislamiento social obligatorio en el transcurso del año 2020 han forzado, incluso al individuo más activo, a reducir su nivel de entrenamiento y/o adquirir hábitos sedentarios. Los efectos del confinamiento han provocado una desadaptación, reflejada en la pérdida de aptitud física por la falta o disminución de entrenamiento; cambios en la dieta y estilo de vida y además ha ocasionado alteraciones en el plano psico-social.
Para leer el artículo completo haga click aquí